La ruta de hoy de ascenso a Cardeña por Los Muros, con más de 100 km y unas 5 horas de duración, aconsejaba que la salida se realizase lo más temprano que el amanecer permitiese, para evitar en la medida de lo posible, el calor que nos derrite en estos últimos días de Julio.
Así pues, en el lugar de costumbre (buena sombra y frescor aportan los árboles junto al Cuartel, lástima que en Lopera disfrutemos de pocas zonas con semejante floresta) nos dimos cita puntualmente a las 07:00 horas 11 socios del Club y dos ciclistas más que se sumaron a la grupeta, que tras los 5 minutos de cortesía por si venía alguien más algo más apurado, iniciamos la ruta.
Comenzamos la marcha a buen ritmo dirección Villa del Río, con bastante fresquito y nubes en lontananza que auguraban una tregua en la temperatura al menos en las primeras horas, como así fue.
Poco antes de llegar al parque de bomberos de Montoro, un pinchazo nos hizo parar un rato para repararlo y partir de nuevo con renovadas fuerzas. Descendiendo junto al Guadalquivir por Montoro, de nuevo un pinchazo en las inmediaciones del puente nos hizo volver a parar. Reparado el mismo, todos a comenzar la escalada de las primeras estribaciones de la sierra buscando la carretera de Los Muros.
Los dos pinchazos y el mal estado del tramo entre Villa del Rio y Montoro provocaron debate entre unos pocos miembros del Club, valorando la posibilidad de acceder a Montoro por la Fuensanta en rutas venideras, por lo que habrá que tenerlo en cuenta.
Ya en el descenso del Pantano del Arenoso, comienzan a formarse pequeños grupos, y tras pasar el puente sobre el arroyo Arenosillo, iniciamos el ascenso cada grupo a su ritmo, difrutando de las vistas y del frescor que aportan las numerosas sombras que pueblan esta carretera, CO-5101, que está de lujo para disfrutar de la bici.
Tras parar a la foto de rigor, de nuevo más pedales hasta ascender a Cardeña, donde esperaba Antonio Bruna junto al Centro de Visitantes Venta Nueva, el cual se encontraba cerrado, por lo que se decidió continuar hasta Venta del Charco para desayunar, produciéndose la anecdota del día, consistente en que dos miembros del grupo se descuidaron y continuaron la ruta, por lo que no pararon.
La ventaja que adquirieron provocó que no se les alcanzase, por lo que llegaron a su ritmo a Lopera unos minutos antes que el resto.
Tras reponer fuerzas con tostadas unos y con lo que llevaban encima otros, de nuevo a pedalear dirección Villa del Rio, con un descenso vertiginoso que volvió a partirnos en varios grupos, reagrupándonos en el cruce del Yeguas, donde coincidimos con miembros del Club de Bujalance, compartiendo descenso hasta que tomamos dirección a Lopera. Llevaban un coche que les aportaba agua fresca...
Ya enfilando para Lopera, se decide no ir por la cuesta de Peralta debido a la calor sobre todo, pese a que había quien se quedó con las ganas de escalarla.
Todos juntos hasta las primeras cuestas tras el Cortijillo, que subimos casi juntos y con ganas de finalizar y así librarnos de los latigazos que a las 12:00 horas del mediodía nos inflingía el sol al ritmo cansino de las imperturbables chicharras.
Una vez en la, por ahora, sede del Club, nos refrescamos cada uno a su manera con buen ánimo pese a los kilómetros que llevábamos en las piernas.
Como siempre, buena ruta, buen ambiente y excelente compañia.
Todo un lujo.
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