La verdad que es preciosa la ruta por el pantano, y si el día hubiera acompañado aún más.
El día empezó con mi olvido de la mochila, así que sin comida, bebida etc, menos mal que la solidaridad del club como de costumbre solvento el entuerto y todos me ofrecieron avituallamiento, aceptando finalmente barritas de Molí y Antonio.
Este último sufrió la caída de la jornada, sin consecuencias aparentes.
Más tarde nos encontramos pescando al paisano Alejandro.
La vuelta para variar la hicimos por el pantano y Villa del Río.
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