Sábado 27 de abril, ruta de carretera,
salimos de Lopera, 10 ciclistas, con amenaza de lluvia, que llegando al
cementerio se cumplieron, ya que hasta el cruce de Villa del Río, que nos calló
un nieblecilla.
El compañero Antonio Gómez Artero (el canelo) que nos acompañaba por primera vez, se tuvo que volver por avería, por eso no está en la foto.
Íbamos con dirección a Cardeña con intención de desayunar los tradicionales huevos con chorizo, con la mala noticia, que cuando llegamos al avituallamiento el bar de los huevos estaba cerrado y el bar vecino no tenia , por lo que hubo que conformarse con una tostada de pan de Cárdenas, de 50 centímetros, con jamón. Al terminar el avituallamiento y saliendo de la plaza, llamada del Presi, pero no pudimos hablar por falta de cobertura. Salimos y cuando llevábamos uno 8 km, nos encontramos con el presi, que venía acompañado, con un chaval de Baena. Había salido un poco más tarde y se dio una buena paliza para alcanzarnos. Por lo que se dio la vuelta y para bajo sin parar y sin reponer fuerzas, con nosotros.
En la bajada, aunque no hubo huevos en Cardeña, a mí se me pusieron en la garganta, en una curva mojada por la lluvia, me falto muy poquito para ir al suelo.
Llegando a Lopera con 98 km y algunos con mucha hambre, hicimos una ruta bastante buena y tranquila.
El compañero Antonio Gómez Artero (el canelo) que nos acompañaba por primera vez, se tuvo que volver por avería, por eso no está en la foto.
Íbamos con dirección a Cardeña con intención de desayunar los tradicionales huevos con chorizo, con la mala noticia, que cuando llegamos al avituallamiento el bar de los huevos estaba cerrado y el bar vecino no tenia , por lo que hubo que conformarse con una tostada de pan de Cárdenas, de 50 centímetros, con jamón. Al terminar el avituallamiento y saliendo de la plaza, llamada del Presi, pero no pudimos hablar por falta de cobertura. Salimos y cuando llevábamos uno 8 km, nos encontramos con el presi, que venía acompañado, con un chaval de Baena. Había salido un poco más tarde y se dio una buena paliza para alcanzarnos. Por lo que se dio la vuelta y para bajo sin parar y sin reponer fuerzas, con nosotros.
En la bajada, aunque no hubo huevos en Cardeña, a mí se me pusieron en la garganta, en una curva mojada por la lluvia, me falto muy poquito para ir al suelo.
Llegando a Lopera con 98 km y algunos con mucha hambre, hicimos una ruta bastante buena y tranquila.
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| Foto Grupo |
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