Lopera Bike

domingo, 20 de noviembre de 2016

Una de "Cuesta Colorín" para no perder la tradición.

Suena el despertador a las 8:20 am, y de inmediato me levanto, aunque ya llevaba despierto mas de 1 hora, y es que al nene le ha entrado fuerte esto del MTB, y los nervios no le dejan quieto. Miro el radar de lluvia, y veo que viene lejos, bajo a la puerta de la casa y observo un día gris, con algo de aire, pero sin lluvia. Miro el guasap del club, y Elu pregunta  ¿ sigue en pie la ruta,  pone lluvia  a las 11". Paco responde "sí". Pues nada vestirse, desayunar e irnos para el cuartel.



De este modo nos presentamos 10 valientes, incluidos Benitín y Elu (floren) que llevaban bastante tiempo sin salir, Elu por lo menos 1 año, cuando nos empiezan a caer las primeras gotas de agua. Tras un momento de duda decidimos iniciar la marcha, parando antes de la subida de las pitas para ponernos los chubasqueros. 

De esta manera hasta Marmolejo, nos acompañó un cala bobos, que no llegó a mayores. Llegando nos cruzamos con Antonio Moscoso, que se volvía por la lluvia. Nosotros continuamos. La bajada del arroyo conejito se hizo con cuidado por lo resbaladizo del terreno, parando en el puente para quitar/poner ropa, y debatir el camino a seguir, optando por subir por valdeleches.



Así que nos dispusimos a subir por dicho sendero, que para algún novel se le atragantó un poquito. El terreno estaba mejor de lo esperado, y como siempre, disfrutamos de uno de nuestros tramos preferidos de la sierra de Marmolejo. En la portada de la Desensilla nos reagrupamos, para a continuación bajar hasta el camino del comisario, buscando el pantanillo. Llegando al mismo se me ocurre la maravillosa idea de decirle a Paco que siga hasta la "cuesta Colorín" para que la vieran los nuevos participantes. Craso error. Estando en las faldas del coloso, Elu (floren) lanza la apuesta " vamos a subir, que hace tiempo que no la hacemos". No hace falta comentar más. A subir la Colorin.

Foto Grupo
Tras subirla, y cuando por fin pudimos volver a respirar sin dificultad y con los tobillos a punto de reventar, con algunos pidiendo el bocadillo, aún nos quedaba un tramo de sube y baja hasta llegar al prado de las colmenas, donde realizamos el desayuno y las fotos de rigor.



Tras el avituallamiento, volvimos hasta Marmolejo por el río, con un rápido descenso, divertido como de costumbre hasta la presa, para iniciar el ascenso hasta el pueblo por la carretera. Decidimos variar la vuelta, e irnos por San Julián, en principio soltando piernas a 27 km/h tras Juan y Diego. De San Julián subimos hasta la vía de servicio, para que de nuevo Juan, en esta ocasión con Paco, pusieran de nuevo velocidad de crucero hasta el inicio de la subida al Ciprés, donde aunque el terreno invitaba a intentar batir el KOM de Juan, las fuerzas y el tiempazo del artista lo hicieron imposible, aunque realizamos una buena subida.



Ya en la carretera decimos en lugar de irnos por la carretera de las encinas, tomar un carril hasta la misma carretera, y a continuación previo pique de Paco Juan y un servidor, otro tramo por olivos que enlazaba la carretera de las encinas con la de las esterillas.



Ya en la carretera de las esperillas, otro pique con sprint en el repecho previo de la bajada al pilar, para machacar un poquito más las maltrechas piernas, dejándonos ir en el tramo final hasta la llegada a Lopera, donde como de costumbre y pese al aire, que unido al sudor nos hacía tener un poquito de frío, por los que  os tomamos una rebota rápida, y de inmediato para la ducha calentita.



Al final, una buena ruta, con muy buena compañía y con 55 kilómetros y 780 metros de desnivel acumulado.








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